13 ene 2009

¿Volverían las especies a evolucionar igual si se les diese la oportunidad?


He visto este artículo publicado en El Mundo, que creo tiene mucho que ver con lo que estamos hablando sobre los genes-ambiente.

¿Qué tiene que ver Andrew Jackson, el séptimo presidente de EEUU, con Darwin? En un cómico ejemplo de contingencia histórica, el paleontólogo Stephen Jay Gould logra unir, en nueve pasos, a estos dos personajes en una sucesión de acontecimientos en la que los detalles fueron cruciales tanto para la consecución de la presidencia de uno como para la generación de la teoría de la evolución del otro.

Según cuenta Gould en Brontosaurus y las nalgas del ministro, el duelo entre dos políticos británicos de principios del siglo XIX, Canning y Castlereagh, fue lo que, en última instancia, permitió a Darwin pergeñar "la mayor revolución en el campo de la biología". Castlereagh, al salir ileso del enfrentamiento -su rival Canning es herido en el trasero, de ahí el título del libro-, tiene la oportunidad de suicidarse más tarde como consecuencia de una depresión, lo cual conmociona enormemente a su sobrino FitzRoy, que más tarde estará al mando del barco Beagle y que, convencido de que ha heredado la enfermedad de su tío, elegirá entonces al joven Darwin y por entonces futuro pastor como su hombre de compañía para la larga travesía que le espera. El viaje del Beagle será el que inspire, mucho más tarde, la famosa teoría de Darwin.


La contingencia histórica de Gould es la que explica también por qué la evolución que las especies han seguido hasta ahora es única e irrepetible. Si rebobináramos la cinta de la vida hacia atrás, explica el paleontólogo en La vida maravillosa, la evolución nunca sería la misma: sólo había una pequeñísima probabilidad de que el Homo sapiens apareciese sobre la Tierra, y ocurrió, pero no se volvería a repetir.


Un estudio recién publicado en
Nature Genetics viene a corroborar, esta vez genéticamente, el carácter irrepetible de la evolución. Henrique Teotónio, del Instituto Gulbenkian de Ciencia, en Portugal, y colegas de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de California recrearon distintos escenarios de evolución para la mosca ('Drosofila melanogaster). La idea era recrear la selección natural en directo en un laboratorio, algo posible gracias a la corta vida de estos animales. Las moscas procedían de un grupo original que había sido extraído de su ambiente natural en 1975.

Durante dos décadas, sus descendientes crecieron en el laboratorio sometidos a distintos estímulos y presiones ambientales y posteriormente fueron devueltos a su ambiente ancestral. A lo largo de 50 generaciones de moscas, los investigadores observaron si se "revertía" la evolución en las individuos que volvían al hábitat de sus ancestros. Para ello, los científicos se fijaron en ciertas áreas del cromosoma 3.


En efecto, las moscas presentaron cambios regresivos hacia sus orígenes... pero sólo hasta cierto punto. "Estimamos que la convergencia a las frecuencias de alelos ancestrales durante 50 generaciones de evolución reversible es de un 50%, y que esto es independiente a la historia evolutiva", escriben los autores en el estudio. "La evolución 'reversible' parece detenerse cuando las poblaciones de moscas se adaptan al ambiente ancestral, lo cual puede no coincidir con el estado original. A nivel genético, la convergencia hacia el estado ancestral es del 50%. La evolución es contigente a la historia también a nivel genético", dice Henrique Teotónio.

En realidad, los resultados del estudio sugieren que, aunque irrepetible, la evolución a nivel de alelos -las variantes de un mismo gen- es más "repetible" que la evolución resultante de mutaciones genéticas. Esto tiene implicaciones en el concepto mismo de la biodiversidad, según reflexiona el investigador portugués: "Algunas de las 'moscas revertidas' pueden ser fenotípicamente idénticas a las moscas ancestrales, pero genéticamente distintas. ¿Cómo tenemos que definir entonces la biodiversidad?". (Tana Oshima)


¿Podríamos decir que el hecho de que exista el ser humano tal y como lo conocemos fue cuestión de suerte?
Por otra parte, lo que demuestra el experimento realizado con la Drosofila, es que aun siendo criadas en un ambiente distinto del hábitat original de sus ancestros, al retornar a este último las moscas sufrieron cambios regresivos en respuesta, imagino, a las demandas del nuevo hábitat. Dicho con otras palabras, los genes se adaptan al ambiente a través de los estímulos que les influyen, si determinadas habilidades dejan de ser necesarias para sobrevivir en determinados ambientes, dichas habilidades dejarán de expresarse y podrán ser fortalecidas o adquiridas otras diferentes, más necesarias, eso sí, hasta cierto punto.

Por último comentar que aunque las moscas tuvieran los mismos genes que sus ancestros, podían ser fenotípicamente diferentes porque el fenotipo depende de los alelos que se expresen en el gen, el típico ejemplo es el del color de los ojos, dependiendo del alelo que se exprese en el gen para el color de los ojos, éstos serán verdes, azules, castaños, etc.

9 ene 2009

Nature vs Nurture

Este escrito es el primero de una trilogía formada por las tres doctrinas que más peso han tenido en la cuestión genes-ambiente. Expongo la primera de ellas, la doctrina de la Tabla Rasa. Lo que busco es abrir un debate sobre si somos el resultado de nuestra configuración genética, del ambiente en el que interactuamos, o bien de la interacción de ambos factores.

¿Qué somos genética o ambiente?, ¿nacemos como una tabla rasa? o ¿estamos determinados desde nuestro nacimiento?, muchos son los filósofos, biólogos, psicólogos y otros tantos pensadores que han querido responder esta cuestión. Resulta de sumo interés por cuanto implica. No debemos pasar por alto el hecho de que según lo que sea aquello que nos conforma, dispondremos de más o menos albedrío, seremos responsables en mayor o menor grado de nuestros actos, podremos corregir o no los comportamientos inadaptados, contaremos con la posibilidad de cambio o estaremos determinados a ser siempre lo mismo a lo largo de un continuo con diferentes grados. ¿Qué es entonces el ser humano?

Si nos posicionamos del lado de la Tabla Rasa, encontramos en primer lugar a John Locke (1632-1704):

Supongamos que la mente es, como decimos, un papel en blanco, vacío de cualquier carácter, sin ninguna idea. ¿Cómo se rellena? ¿De dónde le llega toda esa enorme provisión que la fantasía desbordada y sin límites del hombre ha pintado sobre ella con una variedad casi infinita? ¿De dónde proceden todos los materiales de la razón y el conocimiento? Para responder con una sola palabra, de la EXPERIENCIA”. (Ensayo sobre el entendimiento humano).

Podemos considerar a Locke como el padre del empirismo. La teoría del empirismo es una teoría del conocimiento, enfatiza el papel de la experiencia, especialmente la percepción sensorial, en la formación de ideas. Niega rotundamente que los humanos tengan ideas innatas. Hay que experimentar las cosas a través de los sentidos para tener ideas sobre esas mismas cosas.

Y aprovechando que estoy hablando de “experimentar las cosas”, voy a hacer un inciso, ¡¡¡¡¡estoy viendo por primera vez en mis 32 años nevar!!!!!!!!!!!!, madre mía es increíble, que EXPERIENCIA. Posiblemente quien lo haya visto desde niño no entienda esta emoción, pero es experimentar por primera vez algo, ¿cuántas cosas se descubren por primera vez cuando ya se tiene una edad?, pocas, pocas.

Bueno, ya estoy más calmada, continuemos.

Sabiendo lo que mantiene el empirismo es incuestionable que el creador de dicha corriente de pensamiento elaborase la doctrina de la Tabla Rasa. Al no existir ideas y por ello tampoco conocimiento de ningún tipo que sea innato, nacemos como un papel en blanco donde poder escribir cualquier cosa que finalmente nos hará ser quienes somos. Visto así, al fin y al cabo, si no nos determinan los genes nos determina el ambiente, sería una de las caras de la moneda. Pero entonces, si es el ambiente aquello que experimentamos y cimienta nuestro conocimiento, ¿por qué existe la delincuencia? ¿por qué existen personas inadaptadas?, si la educación puede serlo todo ¿por qué un niño maltratado no se convierte sistemáticamente en un maltratador?, esta sería una de las pruebas que falsea tal hipótesis. Si sólo somos experiencia bastarían los castigos-refuerzos para moldear al individuo convirtiéndolo en aquello que se quiera. Pero esto no es así, muchos ejemplos se pueden poner que indican que no somos una masa de arcilla informe a la que se le pueda dar forma sin más.

¿Cuál es vuestra opinión?