Alguien tendría que decirles que ese despierto y sonriente bebé de unos 18 meses que protagoniza la engañosa publicidad no cabe en un útero, que no se trata de asesinar tiernos bebés que comienzan a descubrir el mundo. Pero si nos ceñimos a la realidad que sería la siguiente:
cambia mucho el cuento. Un feto no toca la fibra sensible en la misma medida que un bebé sonriente y gateando, simplemente por el hecho de que la interacción que se lleva a cabo con un bebé es la precursora de la empatía que desarrollamos hacia él, nadie a parte de la madre empatiza con un feto, sencillamente porque sólo ella le siente. De todo esto deduzco que hay muy buenos publicistas en el regazo de la santa madre iglesia.
¿Qué es más humano?
a) La prohibición del aborto
b) Familias numerosas cuyos limitados recursos impiden cubrir las necesidades básicas
Dónde está la Iglesia cuando algunos de sus acólitos tienen niños para dar y regalar, precisamente porque sus creencias les impiden utilizar anticonceptivos, y no disponen de los suficientes ingresos para hacer frente a tantas bocas. ¿Se encarga la Iglesia de suplir directamente esas carencias?, ¿les ofrece el respaldo económico necesario para que esos hijos tengan la misma igualdad de oportunidades que el resto? Hay que tener los hijos que dios disponga, y el libro de familia numerosa se lo presenta usted al gobierno, que dios está en las alturas y tardan mucho en llegar las prestaciones.
A los ojos de dios es pecado amén de un asesinato abortar, pero cuando un niño tiene un cáncer terminal es porque dios así lo ha dispuesto y hay que aceptarlo con humildad y obediencia, ¿eso no es cruel? ¿no es dios un asesino en ese caso?, no hermanos, porque dios siempre tiene un motivo de peso que nosotros, simples mortales, nunca llegaremos a comprender. Por lo tanto si es dios quien nos dá la vida que sea él quien nos la quite como le venga en gana, por más despiadado que nos parezca.